El aceite de rosa mosqueta tiene unas cualidades cicatrizantes fantásticas. Pero no solo eso: sus propiedades lo convierten en un cosmético natural muy demandado
La cicatrización de las heridas es un problema muy importante a nivel estético. Sobre todo, cuando se encuentran en un lugar visible como el rostro, los brazos o las piernas. Por suerte, uno de los cosméticos cicatrizantes más potentes del mundo tiene origen 100 % natural. Hablamos, cómo no, del aceite de rosa mosqueta.
El aceite de rosa mosqueta fomenta la regeneración celular de la piel como ningún otro. Por ello, es eficaz también para eliminar las estrías, las marcas del acné o, incluso, los signos del envejecimiento prematuro, como son las patas de gallo o la flacidez en los párpados. Aquí queremos hablar en profundidad de él y de sus principales cualidades.
Qué es el aceite de rosa mosqueta
La rosa mosqueta (Rosa eglanteria) es un arbusto que crece de forma silvestre y que pertenece a la familia de las rosáceas. Sin embargo, también se cultiva, sobre todo, en el Reino Unido. Es nativa de Europa y posee una flor de color rosa pálido muy atractiva. El fruto que arroja se denomina escaramujo y se utiliza tanto para hacer mermeladas y dulces como infusiones. En cambio, el aceite cosmético del que aquí hablamos se extrae de sus semillas.
El aceite de rosa mosqueta se extrae realizando presión en frío sobre las semillas. Esta acción da lugar a un líquido rico en ácidos grasos esenciales poliinsaturados. En concreto, forman un 80 % de su composición total (el resto es, principalmente, agua). Estos nutrientes juegan un papel clave a nivel orgánico gracias a su intervención en el crecimiento y regeneración de los tejidos.
Para qué sirve: propiedades
La principal cualidad del aceite de rosa mosqueta es su carácter cicatrizante. Esto ha sido demostrado por varios estudios, entre ellos uno realizado por la Facultad de Farmacología de la Universidad de Concepción en Chile. Por ello, suele recomendarse para el tratamiento de suturas postoperatorias y quemaduras.
El aceite de rosa mosqueta tiene unas grandes propiedades cicatrizantes Pero ¿por qué tiene este efecto cicatrizante? Fundamentalmente, porque activa los fibroblastos que, posteriormente, inician el proceso de síntesis de elastina dérmica y colágeno. Además, dado que también es un astringente, ayuda a unir los tejidos rotos de la epidermis.
Sin embargo, el aceite de rosa mosqueta tiene otras muchas propiedades que debemos conocer:
Antioxidante. Es muy efectivo a la hora de luchar contra los radicales libres que provocan el estrés oxidativo de las células y el envejecimiento cutáneo prematuro. Es por ello que suele utilizarse también para combatir los signos de la edad y las manchas derivadas de la exposición solar.
Refuerza el sistema inmune. Dado que también es rico en vitaminas A, C y E.
100 % natural. Esto hace que no genere ningún tipo de reacción alérgica sobre la piel y que sea apto para veganos. Además, puede presentarse también en gel y en crema.
Aplicación muy agradable. La textura suave e hidratante del aceite de rosa mosqueta hace que usarla mediante un masaje resulte muy placentero.
No interfiere con otros tratamientos. No importa si también tienen origen natural o si son químicos. Sus agentes son totalmente neutros en este sentido.