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Ácido láctico: la alternativa exfoliante que más están buscando las pieles secas y sensibles

Con un efecto similar al ácido glicólico, pero más hidratante, promete convertirse en el activo cosmético de moda

Cuando pensamos en ácidos exfoliantes, el glicólico o el salicílico -sin duda, los dos más famosos y utilizados en cosmética- son los que nos vienen a la mente. Pero no son los únicos que existen (ni igual de adecuados para todas las pieles). De hecho, en el universo de los peelings y exfoliaciones químicas, podemos encontrar alfahidroxiácidos, betahidroxiácidos y polihidroxiácidos, entre los que se encuentran los antes mencionados y otros de nombres menos conocidos como el ácido mandélico, el azelaico o el que ahora mismo nos ocupa: el ácido láctico.

¿Qué es el ácido láctico?
Si bien el ácido láctico lleva años utilizándose en cosmética, es ahora cuando ha empezado a incorporarse al vocabulario habitual de los consumidores. Como explica Patricio de Román, propietario de la farmacia Jorge Juan 34 Skinpharmacy, “se obtiene de la leche fermentada, en concreto, de los azúcares de esta (lactosa), de la caña (sacarosa) o el almidón. Es, por tanto, un ácido de origen natural que podemos encontrar en determinados alimentos. En términos de cosmética, pertenece a la categoría de los alfahidroxiácidos o AHAs”.

¿Cuáles son sus bondades?
Básicamente, aporta unos beneficios muy similares a los de otros ácidos, pero de forma más respetuosa con la dermis: “Tiene propiedades antiedad equivalentes a las del ácido glicólico, ya que retexturiza e hidrata a nivel epidérmico. A concentraciones bajas, tiene acción hidratante, por lo que resulta interesante para pieles secas”, apunta Olaya Vázquez, farmacéutica experta en dermofarmacia de Arbosana Farmacia y dermoconsejera en el centro de belleza y bienestar Rocío Escalante.

De hecho, Patricio de Román afirma que “es el AHA más suave y menos propenso a causar reacciones”, destacando tres efectos principales: hidratante, astringente y renovador celular. “Actúa como un peeling eliminando las células muertas; regula la producción de grasa, combate las líneas producidas por la edad y suaviza las existentes; unifica el tono, gracias a sus propiedades despigmentantes; y promueve la hidratación y humectación a nivel celular, mejorando su elasticidad y estimulando la producción de colágeno”, desarrolla el especialista.

¿Para qué pieles está indicado?
Olaya Vázquez confirma que es un activo perfecto para todas aquellas pieles que busquen “ayudar con la renovación celular, con problemas de hiperpigmentación o incluso con problemas de acné”. Para Patricio de Román, se trata de un must de la belleza, puesto que “es ideal para las pieles que no toleran otros ácidos e idóneo para cambiar la textura de la piel”. Como único apunte, Olaya Vázquez advierte que en aquellas dermis que sean especialmente reactivas o sensibles, sería conveniente “empezar a bajas concentraciones y en días alternos para ir subiendo la tolerancia”.

¿Con qué activos no debería combinarse el ácido láctico?
Siempre que utilizamos productos exfoliantes, debemos tener claro el modo de uso, sobre todo para evitar combinarlos con otros activos que también tengan el riesgo de resultar irritantes. Un clásico es el retinol, que tal como confirma el experto de la farmacia Jorge Juan 34 Skinpharmacy, debe emplearse con precaución si vamos a usar ácido láctico (mejor siempre en días alternos), pues “la exfoliación que pueden llegar a producir juntos puede resultar muy agresiva para la piel”.

Otro activo que no recomienda mezclar es la vitamina C, ya que “al juntarlos, se minimizan los beneficios de ambos. Podrían usarse en dos momentos del día diferentes”, señala. Tampoco aconseja mezclarlo con otro ácido exfoliante AHA: “No es incompatible, pero el efecto de exfoliación que producen ambos puede llegar a ser demasiado agresivo para la piel”. Aunque si queremos beneficiarnos del uso de varios AHAs, lo mejor es apostar por una fórmula en la que ya vengan combinados (normalmente en una concentración cuyo uso es más seguro). Por último, evitaría la mezcla con el peróxido de benzoílo -normalmente se encuentra en fórmulas para el acné o antiinflamatorias-, puesto que “si se usa con el ácido láctico, puede llegar a ser perjudicial y además causar irritaciones”.

¿De día o de noche?
“Lo recomendamos por la noche, como siempre recomendamos los alfahidroxiácidos”, asevera Olaya Vázquez. De este modo, evitaremos reacciones adversas al contacto con el sol o aparición de manchas. Y, como recuerda Patricio de Román, la protección solar al día siguiente es imprescindible.

¿Cómo incluir el ácido láctico en nuestra rutina?
Como mencionamos anteriormente, “lo más importante a la hora de empezar a introducir el ácido láctico en nuestra rutina diaria es evitar una sobrexfoliación, por lo que habrá que empezar poco a poco”, advierte De Román. Más allá de esto, Olaya Vázquez recuerda que hay ciertos elementos que nunca deben faltar: “Una buena rutina siempre debe ser eficaz en los puntos clave: limpieza, hidratación, exfoliación y renovación celular (aquí estaría el ácido láctico) y fotoprotección”.

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