Las manos son, junto con los labios, una de las zonas del cuerpo que peor llevan el invierno. Están expuestas constantemente a un entorno nada favorable y la bajada de las temperaturas, el viento, la lluvia y el contraste térmico interior-exterior debilitan su barrera protectora y hacen que se deshidraten, se resequen, se vuelvan ásperas y, en los casos más extremos, se agrieten. Además, llevamos casi dos años usando y abusando del gel hidroalcohólico y con cierta tendencia a una limpieza excesiva, por lo que la piel que las recubre no está en condiciones óptimas.
Ponerse guantes y evitar lavarlas con agua caliente ayuda, pero no es suficiente. La buena noticia es que disponemos de todo un arsenal de fórmulas específicamente diseñadas para tratar las manos secas durante los meses más fríos del año y con unos resultados que se notan desde la primera aplicación. Sin embargo, pensar que lo único que demandan las manos en invierno es hidratación es un grave error porque lo cierto es que necesitan un poco de todo. Por supuesto, una buena crema de manos debe incluir activos hidratantes, pero también nutritivos, regeneradores, protectores, calmantes y suavizantes. ¿Los más eficaces? La manteca de karité, la urea, el aloe vera, la rosa mosqueta, la centella asiática, la alantoína, el pantenol, la glicerina, la niacinamida y los aceites vegetales, como el de semilla de cánnabis sativa, aguacate, almendra, argán, espino amarillo, coco, oliva o caléndula.
A diferencia de la mayoría de los cosméticos, las cremas de manos no tienen restricciones de uso: se pueden aplicar todas las veces que se considere oportuno sin tener que preocuparse por la cantidad de producto empleado. Por eso, nuestra recomendación es que siempre tengas una cerca (en el bolso, en la mochila, en la guantera del coche, en la cajonera de la oficina) para que puedas reaplicarla en cualquier momento y lugar. Eso sí, elige fórmulas ligeras, no grasas y de absorción inmediata para el día a día y bálsamos más ricos y densos para el fin de semana. Y recuerda: las uñas y las cutículas también son víctimas del frío invernal, así que no te olvides de ellas.
La crema de manos es el tratamiento básico, pero si quieres subir la apuesta con un cuidado integral nivel beautywarrior, utiliza, un par de veces a la semana, una exfoliante para manos secas, con la que eliminar las células muertas, favorecer la renovación dérmica y suavizar la piel, y una mascarilla en formato guante, para una hidratación y una nutrición más profundas e intensas.
