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Relaciones amorosas en el trabajo: cómo lograr que no afecten tu carrera

En México, la legislación no prohíbe la existencia de estos vínculos, por lo que no es considerada causal de despido válida incluso si empresas no lo permiten.

Gabriela León entró a un nuevo empleo con un periodo de prueba de cinco meses. En ese tiempo, conoció a una persona del trabajo con la que inició una relación amorosa. Hoy, mantiene el vínculo sentimental, pero no el puesto de trabajo.

“Estaba capacitada, pero sí creo que tuvo que ver mi relación, porque empecé a tener más llamadas de atención. Regresaba un poco más tarde a la hora de la comida por estar con esa persona y mis pendientes cada vez eran más, por el tiempo que le dedicaba a esta nueva relación”, cuenta en entrevista para Expansión Mujeres.

En México, 6 de cada 10 personas reconoce haber iniciado una relación amorosa en su centro de trabajo, de acuerdo con una encuesta de OCC, una bolsa de trabajo.

¿Me pueden despedir por tener una relación en el trabajo?
La ley de trabajo vigente no prohíbe la existencia de estos vínculos, por lo que no es considerada causal de despido válida, incluso si hay empresas que no lo permiten como política. Sin embargo, hay factores que sí pueden afectar la carrera profesional, especialmente de las mujeres.

Lo feo de una relación en el trabajo
Daniela Castillo, especialista en Carrera de Zety, señala en el blog de esta bolsa de trabajo que los hombres son más propensos a salir con un subalterno o con alguien de una posición inferior que las mujeres (27% frente 18% según datos recabados por la firma), lo cual podría implicar un futuro o posible conflicto de interés que impida a las mujeres crecer profesionalmente, incluso aunque su capacitación y logros vayan acorde a ello.

Ana Estrada directora y fundadora de Brújula Interior, una organización dedicada al desarrollo empresarial y profesional, señala que por lo menos 60% de las mujeres aceptan haber sostenido una relación con jefes hombres.

“Pero la cifra será más grande, porque no muchas quieren admitirlo, precisamente por tratarse de un jefe. Ahora, claro que es común porque los hombres son los que ocupan más posiciones jerárquicas”, dice.

Para Estrada, ése es el caso que más vulnera a las mujeres, porque si algo va mal, es ella la más afectada ya que el poder de decisión lo tiene él. Además, dependiendo de los términos en que finalicen una relación, podría sufrir hostigamiento o bloqueos profesionales.

Otro factor a considerar, explica la directora de Brújula Interior, es que concentrarse en mantener la relación en secreto o mantenerla en general podría ser un motivo de distracción para las colaboradoras, porque una oficina no es un ambiente diseñado para desarrollar estas relaciones.

“Expertos de comunicación dicen que sólo 7% de lo que comunicamos se va por lo verbal y el resto por la comunicación no verbal. Entonces, si estás preocupada porque no noten cómo se ven, cómo se hablan, qué hacen con su espacio personal, qué palabras ocupan, es una situación que puede generar tensión innecesaria en el trabajo”, afirma.

Ivonne Vargas, especialista y consultora de Recursos Humanos, considera otro tipo de elementos que pueden jugar en contra de las mujeres que deciden tener una relación personal en el trabajo y que tiene que ver con una contención autoimpuesta y que frena su desarrollo personal.

“Como mentora, he platicado con mujeres sobre sus planes de carrera y recuerdo a una particularmente que me contó que le propusieron un ascenso y que no lo tomó porque a su pareja no se lo ofrecieron tampoco”, cuenta.

En ese caso, su mentee le explicó que no quería ponerse en una situación incómoda con su pareja por ganar más y por tener una mayor posición que él en el trabajo, y también establecería un posible estado de competencia que no quiso tener, en perjurio de su propia trayectoria.

Vargas señala que otra de sus mentees quiso buscar una beca para irse al extranjero, pero no pudo hacerlo porque su pareja, que además es su jefe, le dijo que no podía renunciar porque su perfil era importante para el equipo.

¿Cómo evitar que una relación afecte tu carrera?
Ivonne Vargas sostiene que las decisiones profesionales no deben hacerse con base en una pareja, sino en los objetivos personales que se tengan sobre su vida y su carrera.

“Esas decisiones se instalan como parte de una cultura sexista, pues hay de dos a tres veces más probabilidades de que una mujer no dé el siguiente paso porque su pareja no está en el mismo momento que ella”, señala.

En este sentido, Ana Estrada recomienda plantearse si una relación tiene potencial. Si es así, se pueden buscar medidas más formales como acudir con un superior en el trabajo para informar de la relación.

Ello daría oportunidad a mostrar transparencia y seriedad y, en algunos otros casos, a evitar conflictos de intereses potenciales.

Asimismo, para ambas es esencial que las mujeres establezcan las condiciones en que llevarán la relación: cómo convivirán dentro del trabajo, cómo lo harán fuera; qué tanta información compartirán sobre su relación y a quienes y, sobre todo si se trabaja en el mismo equipo, asegurarse de delimitar bien las responsabilidades de cada parte.

“Para blindarse, una mujer siempre puede buscar asesoría de una mentora, de un consejero de la empresa si es que hay, o de un abogado si es un perfil muy grande”, detalla Vargas.

Por su parte, Estrada recomienda limitar la relación física a los espacios fuera de la oficina y tener cuidado particular con la información o contenido que una mujer comparte con su pareja, en especial si es un relación nueva en la que apenas inicia un proceso de conocimiento.

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