A pesar de que la receta original llama shortbread a estos ricos palitos dulces, no pude evitar pensar en las galletas italianas o los carquinyolis en cuanto la vi.
En casa ya son oficialmente biscotti crujientes de limón y chocolate, tentadoras delicias para mojar en el café de la sobremesa y que han triunfado con los invitados.
Digo que es una receta «casualmente» vegana, porque es solo una característica añadida para quienes simplemente disfrutan de un bocado dulce. Pero al ser una galleta vegana damos la posibilidad de que veganos, vegetarianos, intolerantes a la lactosa, alérgicos a la leche o alérgicos al huevo también pueden darse un capricho ocasional. Y de paso nos lo pone fácil para hornear cuando andamos cortos de ingredientes en la nevera.
Ingredientes
Para 30 unidades
Harina de repostería 180 g
Harina integral 60 g
Azúcar glasé 60 g
Sal 4 g
Zumo de limón 30 ml
Ralladura de limón medio
Aceite de oliva virgen extra o girasol 120 ml
Leche de almendras un otra alternativa vegana 15 ml
Chips de chocolate negro (sin leche) 80 g
Cómo hacer galletas crujientes de limón y chocolate
Dificultad: Fácil
Tiempo total 55 m
Elaboración 15 m
Cocción 40 m
Precalentar el horno a 170º C y preparar una bandeja o fuente con papel sulfurizado. Tamizar la harina, la harina integral, el azúcar glasé y la sal en un recipiente de tamaño mediano y formar un hueco.
Batir con unas varillas manuales el aceite de oliva con el zumo de limón, un poco de ralladura y la leche de almendras. Echar sobre la primera mezcla y trabajar un poco para integrar. Incorporar el chocolate y combinar bien.
Si estuviera muy seca, agregar un chorrito de leche de almendras más, poco a poco. Debe quedar húmeda pero compacta y dura. Puede ser más fácil de trabajar con las manos, ligeramente engrasadas con aceite o húmedas con agua.
Formar dos rectángulos alargados de un dedo de grosor, aplanando la superficie con una espátula humedecida. Hay que tener en cuenta que no van a crecer prácticamente nada, así que puede interesarnos hacerlos más gorditos o más finos.
Hornear durante unos 15-20 minutos, hasta que estén algo dorados y firmes. Sacar del horno y esperar a que se enfríen un poco. Trasladar a una tabla y cortar con un buen cuchillo de sierra en palitos paralelos.
Distribuir sobre la bandeja de nuevo, boca arriba, y volver a hornear hasta que estén tostaditos al gusto, vigilando que no se quemen. Dar la vuelta a mitad de cocción si queremos un horneado bien homogéneo. Dejar enfriar sobre una rejilla.
Con qué acompañar los biscotti de limón y chocolate
Está claro que estos crujientes biscotti de limón y chocolate veganos recomiendo tomarlos con buen café en la sobremesa, pero están igual de ricos solos, con un vaso de té, vino dulce o una infusión al gusto. También me gustan con una taza de bebida vegetal caliente, infusionada con muchas especias.